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Steelers sobreviven a Cincinnati y firman un triunfo de carácter en la AFC Norte

En un duelo marcado por la tensión divisional y por rachas ofensivas que se encendían y apagaban como luces de noviembre en el Acrisure Stadium, los Pittsburgh Steelers superaron a los Cincinnati Bengals en la Semana 11 para colocarse nuevamente en la pelea por la cima del Norte de la AFC. Fue un triunfo tan trabajado como necesario, uno que evidenció progresos importantes en el ataque, resiliencia defensiva y un dominio situacional que ha sido sello del equipo en la segunda mitad del calendario.

El plan de juego de Pittsburgh estuvo lejos de la perfección —ningún duelo contra Cincinnati lo es—, pero el equipo de Mike Tomlin ejecutó en los momentos críticos: terceros downs, zona roja y, especialmente, presión sobre el quarterback rival cuando más pesaba el reloj. La victoria, más que un despliegue estético, fue una demostración de madurez competitiva.

La ofensiva de Pittsburgh mostró un crecimiento tangible. El juego terrestre se mantuvo consistente en tramos clave, abriendo la puerta para que el ataque aéreo encontrara ventanas sobre una secundaria de Cincinnati que tuvo problemas para sostener coberturas profundas durante todo el partido.

Los Steelers no necesitaron cifras espectaculares para mover el balón. La paciencia fue parte esencial del plan: correr con disciplina, utilizar formaciones pesadas para obligar a ajustes defensivos y capitalizar rutas intermedias en momentos de cobertura individual. El resultado fue un ataque que, por lapsos, lució más equilibrado que en semanas anteriores.

Sobre Aaron Rodgers, nuestro quarterback salió lesionado de la muñeca izquierda y al momento de escribir esta nota no hay más información sobre la gravedad de la lesión. Aunque lo que pudimos ver de Mason Rudolph en los controles de la ofensiva fue bastante bueno, se notó cómodo.

Detener —o siquiera contener— a Tee Higgins y Ja'Marr Chase nunca es una tarea sencilla, y este partido no fue la excepción. La secundaria de Pittsburgh sufrió en varios tramos, especialmente en rutas profundas y cruces intermedios. Sin embargo, los ajustes llegaron a tiempo: combinaciones de coberturas para limitar jugadas explosivas y un pass rush que, aun sin dominar de principio a fin, logró incomodar en momentos decisivos.

Las cargas desde el segundo nivel, junto con presión selectiva sobre situaciones de pase obvias, forzaron errores y aceleraron decisiones. La jugada determinante llegó en el cuarto periodo, cuando una captura en tercer down sacó a Cincinnati del rango de gol de campo. Enseguida, la ofensiva de Pittsburgh consumió más de cinco minutos de reloj, administrando el ritmo del partido hasta el silbatazo final.

El resultado deja a Pittsburgh con impulso en un tramo crítico del calendario. No sólo es un triunfo divisional: es una confirmación del tipo de equipo que los Steelers buscan consolidar en 2025. Un equipo que no necesita ganar con espectacularidad, sino con identidad y ejecución situacional.

Sobre la victoria Mike Tomlin comentó, "es perspectiva, se siente bien ahora pero ahora tenemos que enfocarnos en lo que viene, es la naturaleza de esto. Es increíble hoy pero mañana tenemos que regresar a trabajar. Hay un gran compromiso esperando la siguiente semana."

En noviembre, cada victoria pesa doble. Y esta, construida con golpes, ajustes y disciplina, refuerza la idea de que los Steelers están preparados para competir por algo más que orgullo divisional. La siguiente semana los Steelers enfrentarán a los Bears.

No se pierdan todo lo que tenemos para ustedes en las redes sociales en español de Los Steelers, y el podcast inmaculado con Álvaro Martín y Arturo Carlos.

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