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Análisis después del juego: Los Steelers caen 26-7 contra los Bills

Pittsburgh llegó a la segunda mitad con la sensación de tener algo de control: 7-3 al descanso tras una serie bien trabajada que culminó en la carrera de una yarda de Jaylen Warren. Pero el partido se fracturó en el primer snap tras el intermedio, cuando Joey Bosa aprovechó presión sobre Aaron Rodgers para forzar un fumble que Christian Benford transformó en un touchdown y en la pérdida del pulso del juego. A partir de ahí, Buffalo impuso su mezcla de juego terrestre sostenido y presión selectiva, y los Steelers nunca recuperaron ritmo.

En números, la tarde fue dolorosa para Pittsburgh: apenas 166 yardas totales, su cifra más baja en la temporada y la menor desde diciembre del año pasado, mientras que Buffalo contó con un James Cook que atacó la defensa con 144 yardas por tierra y Josh Allen que aportó tanto por aire como por tierra, incluyendo un touchdown que dejó marca histórica (récord de anotaciones por tierra para un QB). Esos datos explican el diferencial de tiempo de posesión y de control de las trincheras que definió el resultado.

Tácticamente, hubo aciertos y factores a rescatar: la defensa generó un turnover antes del medio tiempo (fumble forzado por Nick Herbig y recuperado por James Pierre) y algunas series en las que la presión generó problemas al rival; la primera mitad mostró que con disciplina en terceras oportunidades y complementando la línea ofensiva, el ataque puede producir. Pero esos destellos quedaron opacados por la incapacidad para mantener posesiones largas, la sucesión de penalizaciones y, sobre todo, la fragilidad ante el juego terrestre rival en la segunda mitad.

Desde el vestidor, Mike Tomlin fue franco y directo: "No hay mucho que decir. Eso fue una actuación pésima por nuestra parte… No tuvimos la posesión del balón ni seguridad con el balón. Fuimos muy penalizados. No jugamos 60 minutos de calidad. Tenemos que asumirlo." Esa autocrítica subraya dos problemas prácticos: disciplina en los castigos y manejo del reloj/posesión — áreas en las que tendremos que mejorar de inmediato si queremos competir en la división.

¿Qué corregir y con qué urgencia?

  1. Protección y manejo del QB: la strip-sack que derivó en touchdown cambió el momentum; si Rodgers no cuenta con más consistencia en la protección, la ofensiva probablemente seguirá truncada.
  1. Juego terrestre rival: frenar a los corredores rivales y contener las ventajas por zonas y desplazamientos laterales será prioridad en el plan de la semana.
  1. Disciplina: las penalizaciones y errores en terceros intentos cortaron drives valiosos; resolver eso es tan táctico como cultural.

Con la derrota, Pittsburgh queda 6-6 y se le vienen compromisos clave (la próxima parada, Baltimore) que pueden decidir la temporada. La buena noticia es que el equipo aún tiene recursos: una defensiva que puede ser física cuando se ejecuta, un backfield con variantes y la experiencia de liderazgo en el vestidor. Si corrigen protección, penalizaciones y recobran la complementación entre unidades, la campaña puede cerrar en un tono positivo.

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Nos leemos en la semana.

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