Este domingo, los Steelers sacaron la casta en Baltimore y se llevaron una importante victoria por 27-22, consolidándose como líderes exclusivos de la AFC North con marca de 7-6.
La ofensiva de Pittsburgh creó los momentos decisivos: Aaron Rodgers, vistiendo un yeso protector por su muñeca izquierda, lanzó para 284 yardas, consiguió un pase de touchdown —y además sumó una anotación por tierra—, demostrando temple y visión de juego bajo presión.
Pero no fue solo Rodgers. DK Metcalf fue otro protagonista con 148 yardas recibidas en siete atrapadas, castigando sistemáticamente la secundaria de Baltimore.
En ofensiva terrestre, Kenneth Gainwell aportó un touchdown por acarreo, mientras que Jaylen Warren recibió un pase muy valioso para anotación, mostrando que el ataque balanceado de los Steelers está empezando a dar frutos en momentos clave.
Aunque las estadísticas globales muestran que Baltimore generó más yardas totales (420 vs. 318) y manejó mayor tiempo de posesión, la defensa de Pittsburgh se repuso en los momentos decisivos.
El tramo final fue digno de rivalidad divisional: una revisión anuló en los últimos instantes un posible touchdown de los Ravens —cuando el receptor parecía haber asegurado el balón en la zona de anotación—, decisión que definió el partido a favor de los Steelers junto con una increíble captura de Alex Highsmith en la última ofensiva de los Ravens cuando se acercaban peligrosamente a darle la vuelta al marcador.
Ese tipo de jugadas y la capacidad de mantener la compostura bajo presión, hablan de un equipo que empieza a juntar mentalidad ganadora con determinación defensiva, algo indispensable en la dura AFC Norte.
Esa combinación de liderazgo, entrega y mentalidad duradera —incluso bajo presión mediática— refuerza la identidad que Tomlin busca restaurar: la de un equipo capaz de pelear y ganar en rivalidades históricas.
Con este resultado, los Steelers no solo toman la cima de la división, sino que marcan un mensaje claro: están de vuelta en la pelea por dominar la Norte. Los Ravens, siempre un rival complicado, quedan un paso detrás con récord de 6-7.
Si Pittsburgh mantiene este tipo de consistencia ofensiva —con Rodgers sólido, Metcalf dominante, y un ataque múltiple—, y si la defensa logra fortaleza y estabilidad, tienen lo necesario para pelear no solo la división, sino aspiraciones de postemporada con fuerza.
Además, este tipo de victorias en juegos de visita, ante rivales divisionales, y bajo presión exterior pueden servir como punto de inflexión psicológico. Si logran usar este impulso con inteligencia, los Steelers podrían llegar a las últimas semanas con la confianza y momentum necesarios.
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