Traducido por Nicole Platos
En una pequeña ciudad de Carolina de Norte, donde la compañĂa local de pepinillos es una de las empleadoras principales, donde las casas son viejas y las oportunidades son limitadas, no te imaginas a un jugador de la NFL teniendo un gran impacto en la poblaciĂłn.
Pero Greg Warren lo estĂĄ haciendo.
Warren, el long snapper de los Steelers, se crió en los suburbios de Mt. Olive, Carolina de Norte pero sabe cómo es la vida en el centro de la zona urbana. Es un lugar que necesita ayuda y él estå ofreciéndola a los niños en un programa en el que comenzó su interés por el football.
Warren recibió una beca para juveniles de la National Football League y él puso lo equivalente, donåndolo a su antiguo equipo de football de juveniles, los Mt. Olive Hurricanes.
Durante años, los niños que jugaban en la liga han tenido que desplazarse ocho millas desde el centro al instituto local para entrenar y jugar los partidos. Pero debido a que muchos padres no tenĂan coches o tenĂan que trabajar, los niños de la zona cĂ©ntrica no han podido asistir, dejĂĄndoles sin una salida, sin ilusiĂłn.
"Los niños se crĂan es este ambiente y no pueden salir de Ă©l," dijo Warren. "Si podemos sacarles de la calle y ponerles en algo con liderazgo y participando en un equipo, mucho de los problemas se resolverĂĄn solos y los jĂłvenes tendrĂĄn mĂĄs oportunidades.
"Mi padre era el entrenador del equipo del instituto asĂ que yo pude ver muchos jugadores buenos. Tuvimos muchos buenos atletas, aunque la ciudad sea tan pequeña. Pero una de dos, no tenĂan el transporte o se metĂan en problemas. Tuvieron potencial, pero nunca estaban implicados. Se metĂan en lĂos cuando no tenĂan nada que hacer. Me sentĂ mal por estos niños. Yo fui afortunado por no tener que pasar por eso. Algunas de sus vidas pudieran haber sido distintas.
Warren era uno de los que tuvo suerte de vivir cerca del instituto y sus padres tuvieron los medios para llevarle a donde tenĂa que estar, asĂ que asistir a los entrenamientos nunca fue un problema. Pero Ă©l sabe lo problemĂĄtico que resultaba para sus amigos poder llegar a los entrenamientos.
Por eso estå mirando la posibilidad de tener un campo en la zona del centro y el dinero que ha donado ya estå empleåndose para realizar este sueño.
"Es difĂcil para algunas de las familias con niños pequeños ir desde el centro al instituto para jugar los partidos," dijo Warren. "Tenemos a muchos jĂłvenes a los que les gustarĂa jugar y solo vienen a uno o dos de los entrenamientos, pero no pueden seguir jugando porque no tienen cĂłmo ir a los entrenamientos y partidos. Nuestra esperanza es que en lugar de llevar los niños al campo les traigamos el campo a ellos."
Warren estĂĄ trabajando con sus antiguos entrenadores, quienes todavĂa dirigen el programa, Steve Martin y Alex Ferrell. EstĂĄn usando el parque de niños del centro, un espacio abierto, para convertirlo en un campo de football. El proyecto se ha convertido en un proyecto de toda la comunidad, con los padres aportando su tiempo libre y mĂĄquinas  los granjeros para preparar la zona para poder tener entrenamientos.
Mientras no puede ver el progreso diariamente, Warren recibe informes de los entrenadores cada pocos dĂas y tiene ganas de ver el dĂa cuando no solo sea un lugar en el que el equipo pueda entrenar sino tambiĂ©n jugar los partidos con gradas y luces. Cuando se acabe el proyecto, realmente va a ser un campo de sueños.
"Mi esperanza original era ver si podĂa ayudar a este equipo y hacer las cosas mĂĄs fĂĄciles para los chicos y que mĂĄs de ellos pudieran jugar, entonces estarĂĄn fuera de la calle y de tantos problemas," dijo Warren. "Es muy excitante. Espero que pueda hacer mĂĄs en el futuro. Cualquier cosa que pueda hacer para ayudar y para saber que puede que cambie las vidas de estos jĂłvenes estĂĄ genial. Si pudiera cambiar la vida de un solo niño, serĂa un Ă©xito.



